Matsuo Bashô fue el primer poeta japonés que acompañó sus breves poemas (Haikus) con una pintura, normalmente sin mucho detalle (Haiga). Todos estos Haikus, estaban inspirados en la observación de la naturaleza.Intento, partiendo de esa misma premisa (aunque a veces la naturaleza sea acero y cristal), ofrecer unas imágenes al espectador; un Haiga para que a través de ella pueda vislumbrar el pequeño poema visual que le propongo. No falto de humor, mordaz a veces, intento que el espectador se tome su tiempo para componer sus versos con los mínimos detalles que le brindo.
Una noche de invierno londinense, allá por los años 80, descubrí, más bien me invadió, la fotografía. No pudo ser de una manera más perfecta; en el tocadiscos sonaba Kind Of Blue de Miles Davis y en mis manos tenía un libro de Robert Frank; The Americans. Nunca había visto fotografías como esas. Uno podía pasarse largo rato contemplando las imágenes de Frank y descubrir todos los detalles que hacían que la imagen se convirtiera en una historia. Desde entonces busco siempre fotografías que me cuenten historias, por pequeñas que sean.